sábado, 14 de agosto de 2010

¿Qué hay de fumarte los senos?

Encenderlos, probarlos por vez primera con mis labios.
Humedecerlos, jugarlos entre dientes.
Succionarlos de repente.
Tu areolas, oscuras, consumiéndose.
Acariciarlos, jugarlos, ardiendo las yemas de mis dedos.


¿Qué hay de fumarte los senos, si he de consumirte toda,
si he de encender tu piel,
alimentar tu fuego,
dejar las brasas de mis besos,
disiparnos en el viento, en el tiempo, y desvanecer nuestros cuerpos?

miércoles, 11 de agosto de 2010

Tal vez deba recordarte junto a los días de soledad, cuando no pertenecías a mi mundo.
Cuando aún preguntaba a la vida por tu llegada.

Tal vez deba recordarte como cuando en ti pensaba, resultado de un pensamiento,
en una idea alocada.

Quizas deba recordarte como lo que necesitaba...

Antes de darme cuenta que no hay más sin mí, ni después de mí, de lo que yo creaba.
Al final, no eras más que una compañía.
Pensar que estarías junto a mí, y no verte ahora a mi lado... sólo a un lado.