sábado, 14 de agosto de 2010

¿Qué hay de fumarte los senos?

Encenderlos, probarlos por vez primera con mis labios.
Humedecerlos, jugarlos entre dientes.
Succionarlos de repente.
Tu areolas, oscuras, consumiéndose.
Acariciarlos, jugarlos, ardiendo las yemas de mis dedos.


¿Qué hay de fumarte los senos, si he de consumirte toda,
si he de encender tu piel,
alimentar tu fuego,
dejar las brasas de mis besos,
disiparnos en el viento, en el tiempo, y desvanecer nuestros cuerpos?

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