domingo, 7 de febrero de 2010

Una Charla con la Luna

No hay forma de escuchar tu nombre en el viento, más que en mi pensamiento.
Ni que sucedan cosas, más que en mi imaginación.
Y es que el contemplar la noche..
Un suspiro, un gemido y el susurro de tu nombre.

Tres cuartos de luna, una pica de estrellas.
Un puño de inspiración y el deseo loco de mi imaginación.
Y se vuelve una noche perfecta.

Su manto, el sereno, un poco de brisa, y el sonido de la naturaleza.
-¿Acaso estás en ella?-
Vuelve loco a mi corazón.

Veo las luces de la ciudad, y pregúntome en cuál de ellas estás.
Cierro los ojos, quiero adivinar.
Cierro los ojos, quiero sentir tu presencia.

Pienso en tu nombre, y quiero expresar lo que en mi interior se refleja.
Tan sólo ideas locas que en mi mente se crean.

Sentado con el alma acostada, admiro la noche
y en ella...
la compañía de tu ausencia.
¿Acaso eres culpable de mi locura desenfrenada?

Siento frío...
      Abrázame.
Tengo miedo...
      Mírame.
Mi cuerpo tiembla...
      Bésame.

Que el silencio y la oscuridad se consuman en ésta noche perfecta,
fuera de lo real... fuera de lo que es.

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